Psiconnea: Mejorar la Salud con Datos

Psiconnea: Mejorar la Salud con Datos

Rosa Becerril no es una CEO convencional. Su trayectoria la define como una psicotecnóloga sanitaria, una figura que combina la psicología clínica con la ciencia y la tecnología más avanzada, sin perder nunca de vista los principios éticos que deben guiar cualquier innovación en salud mental. Consciente de los retos que enfrentan millones de personas en el acceso a una atención psicológica personalizada, eficaz y continua, Rosa decidió ir más allá de los modelos tradicionales. Tenía las herramientas —el conocimiento psicológico, el respaldo científico y la inteligencia artificial ética— y decidió unirlas para crear una solución disruptiva: así nació Psiconnea.

Pero no lo hizo sola. Rosa apostó por rodearse de un equipo multidisciplinar, diverso y mayoritariamente femenino, convencida de que el liderazgo de las mujeres en el ámbito tecnológico y sanitario es clave para construir proyectos más empáticos, humanos y sostenibles. Bajo su dirección, Psiconnea se ha convertido en mucho más que una plataforma digital de bienestar emocional: es un ecosistema que democratiza el acceso a la salud mental, basado en datos, evidencia científica y una tecnología respetuosa con el usuario.

En esta entrevista, Rosa Becerril nos habla de su visión, del impacto de la inteligencia artificial ética en el bienestar psicológico, del papel transformador de la ciencia en la innovación digital, y de cómo Psiconnea está cambiando la forma en que entendemos, prevenimos y tratamos el sufrimiento emocional.

Psiconnea: Inteligencia Artificial para desarrollar la salud mental

¿Qué vivencias personales o profesionales le impulsaron a fundar Psiconnea, y en qué momento supo que era el camino que debía tomar?

No fue una revelación repentina. Fue algo que fui viendo poco a poco, en silencio, mientras todo lo demás —aparentemente— funcionaba. Tenía un equipo grande de gestión en psicología de emergencias y catástrofes, algo que me apasionaba. Mantenía sesiones clínicas, era reconocida profesionalmente, y nunca me faltaron pacientes. Pero había algo que no tenía sentido.

La sociedad se estaba rompiendo por dentro, y el sistema no estaba respondiendo. Cada semana llegaban más personas. Más malestar. Más sufrimiento. Era como ver llegar oleadas de zombis emocionales: personas desconectadas, agotadas, con una carga interna enorme. Y lo más frustrante era saber que no estábamos dando una solución real a nivel social. Solo íbamos apagando fuegos. Uno detrás de otro.

Recuerdo mirar a mi alrededor y pensar: ¿qué no está funcionando?

Porque algo, claramente, no estaba funcionando.

La Organización Mundial de la Salud lo había dicho claro: una de cada cuatro personas va a sufrir un trastorno mental, desde ansiedad y depresión hasta estrés u otros problemas emocionales.

Pero eso no es solo una estadística.

Eso es tu hijo. Tu pareja. Tu compañera de trabajo.

Cuando vas por la calle, una de cada cuatro personas con las que te cruzas.

¿Y por qué no? Puede que seas tú.

Y entonces me pregunté:

¿Cómo es posible que lo sepamos y sigamos esperando a que la gente se rompa?

Ahí tomé la decisión. Sabía que no bastaba con intervenir. Que no bastaba con enseñar teoría emocional. Porque las emociones no se forman, se entrenan. Y hasta ese momento, no existía un sistema de prevención emocional que fuera profesional, personalizado y eficaz.

Como psicotecnóloga sanitaria, tenía las herramientas: psicología, ciencia e inteligencia artificial ética. Así que las uní, formé un equipo excepcional liderado por mujeres, y creamos Psiconnea.

Nos convertimos en la primera empresa del mundo especializada exclusivamente en psicotecnología: es decir, en desarrollar soluciones tecnológicas reales para una epidemia silenciosa. Sin parches. Sin atajos.

Una psicotecnología ética y científica, al servicio de la salud emocional.

Pensada para llegar antes, acompañar mejor y transformar la forma en la que cuidamos lo que de verdad importa.

Plantea un cambio radical en la forma de cuidar la salud emocional. ¿Cuál es el principal error del enfoque tradicional y qué propone Psiconnea como alternativa transformadora?

El principal error del enfoque tradicional es que asume que cuidar la salud mental empieza cuando la persona ya está mal. Y eso no es cuidar, eso es llegar tarde.

Durante décadas hemos normalizado un modelo que espera a que alguien se rompa para intervenir, que actúa solo desde el diagnóstico y la etiqueta. Eso ha convertido la salud mental en una respuesta de urgencia, no en un proceso continuo de cuidado.

El resultado está a la vista: cada vez hay más personas emocionalmente desconectadas, funcionando por inercia, agotadas. Lo vemos cada día. La sociedad está llena de lo que yo llamo zombis emocionales: personas que caminan, producen, cumplen… pero por dentro están vacías, sobrepasadas, solas. Y lo peor es que el sistema ni las detecta ni las acompaña a tiempo.

Psiconnea nace justo para cambiar eso. Para dejar de ir por detrás y empezar a prevenir de forma real. Lo hacemos con tecnología sanitaria que no sustituye, sino que amplifica.

Con una app de gestión de emergencias que nos permite actuar en tiempo récord ante situaciones críticas.

Y con Emotinet, una herramienta capaz de identificar hasta 29 emociones en tiempo real, entrenar emocionalmente de forma personalizada, y detectar quién necesita apoyo profesional antes de que se hunda.

No proponemos un parche. Proponemos una forma completamente distinta de cuidar: anticiparse al sufrimiento, reducir el daño, y devolver a las personas la capacidad de sostenerse sin esperar a romperse.

IA emocional ética

En su web definen Psiconnea como una intersección entre psicología, inteligencia artificial emocional ética y datos. ¿Podría desglosar qué significa para usted “IA emocional ética” y cómo se garantiza que se mantenga ese componente ético?

Para mí, una inteligencia artificial emocional ética significa poner la tecnología al servicio de la salud emocional, respetando siempre los principios deontológicos de la psicología y la medicina.

En Psiconnea no desarrollamos aplicaciones a ciegas ni vendemos humo. Todas nuestras soluciones son validadas científicamente antes de salir al mercado. Eso quiere decir que no hablamos de satisfacción del usuario, hablamos de eficacia, eficiencia y efectividad clínica. Si decimos que Emotinet reduce el estrés, la ansiedad, la depresión o el miedo, es porque hemos demostrado científicamente que lo hace.

Además, nos regimos por el Código Deontológico de la Psicología y de la Medicina. Y eso marca una diferencia: los datos que utilizamos para personalizar la experiencia del usuario se tratan con el mismo rigor que si estuvieras en una consulta presencial. No hay explotación comercial, no hay uso oculto. Solo se usan para acompañar, cuidar y detectar mejor, como lo haría cualquier profesional sanitario en su consulta.

Psiconnea nace precisamente de ahí: de psicólogos que conocemos el sufrimiento humano y que, junto a tecnólogos, hemos creado herramientas que permiten democratizar el acceso a la salud mental sin perder ni el rigor científico ni el alma de la profesión.

Porque tener una IA emocional es fácil. Tener una IA emocional ética, validada y al servicio de la salud… eso es lo que marca la diferencia.

¿Cuáles son los criterios con los que han entrenado su IA emocional para evitar sesgos o intervenciones contraproducentes, especialmente en poblaciones vulnerables?

En Psiconnea hemos entrenado nuestra IA emocional con un dataset propio de más de 500.000 registros, revisado y validado por un equipo de psicólogos. No es un algoritmo genérico: es una tecnología construida desde la clínica, con supervisión profesional constante.

Hemos alcanzado un 80 % de precisión en la identificación de emociones, lo que nos permite detectar cómo se siente una persona en tiempo real y acompañarla de forma ajustada. Y todo esto lo hacemos con rigor sanitario, no con atajos ni automatismos vacíos.

Trabajamos con universidades, centros de investigación y con instituciones públicas y privadas, porque creemos que solo uniendo fuerzas se puede dar respuesta real a esta epidemia emocional.

Escuchamos activamente a hospitales, asociaciones, sindicatos, empresas y profesionales de distintos países. En Latinoamérica trabajamos especialmente con equipos de Argentina y México, con profesionales e investigadores extraordinarios que nos ayudan a adaptar nuestras soluciones a distintos contextos culturales y sociales. Esa diversidad es clave para reducir sesgos y construir una IA que sirva a las personas, no que las clasifique.

Y algo fundamental: esta IA la hemos construido psicólogos. No es un producto comercial, es una herramienta sanitaria. Por eso nos regimos por el código deontológico de la psicología y de la medicina, y tratamos los datos con el mismo respeto que si la persona estuviera en una consulta presencial.

Nuestro objetivo no es intervenir por intervenir. Es acompañar mejor, llegar antes y cuidar de forma real, sin sustituir al profesional, pero multiplicando su alcance. La intervención psicológica inmediata es uno de los pilares de Psiconnea. ¿Cómo funciona exactamente ese modelo en términos de acceso, respuesta y efectividad clínica?

Psiconnea nace justo para cambiar eso. Para dejar de ir por detrás y empezar a prevenir de forma real. Lo hacemos con tecnología sanitaria que no sustituye, sino que amplifica

Nuestro modelo parte de una idea muy clara: la ayuda emocional no puede esperar.

La intervención psicológica inmediata es uno de los pilares de Psiconnea porque entendemos que, cuando duele el alma, no hay lista de espera que valga. Por eso, combinamos ciencia, tecnología ética y humanidad real para que la ayuda llegue cuando más se necesita: ahora.

Con nuestra app Emotinet, detectamos 29 emociones en tiempo real, analizando el lenguaje, el comportamiento y los test aplicados. A partir de ahí, se activa un circuito de cuidado en tres fases:

  1. Identificación emocional: reconocemos cómo está la persona sin que tenga que decirlo.
  2. Recomendación personalizada: la app sugiere contenidos clínicamente validados, adaptados al estado emocional y contexto de cada persona.
  3. Derivación inteligente: si detectamos señales de alerta —como ansiedad elevada, ideación suicida o una crisis emocional— se activan protocolos automáticos y confidenciales que conectan de inmediato con un o una profesional.

Y todo esto sucede sin que la persona tenga que pedir ayuda. Porque sabemos que, en los momentos más duros, lo más difícil… es precisamente eso: pedir.

Nuestra tecnología es apoyo constante: personalizado, escalable y basado en ciencia.

Disponible 24/7, estés donde estés. Más del 80 % de las personas usuarias reduce síntomas como la ansiedad, el estrés o la depresión, con resultados reales respaldados por evidencia clínica.

No hablamos solo de accesibilidad digital. Hablamos de cuidado humano, inmediato y transformador. Porque para nosotros, prevenir es amar a tiempo.

Emotinet se presenta como una solución para el entorno corporativo. ¿Está diseñada únicamente para empresas o también tiene aplicaciones para el ámbito individual o comunitario?

Emotinet no nació solo para empresas. Nació para acompañar a las personas, estén donde estén.

Sí, muchas organizaciones innovadoras y conscientes —que reconocen que el servicio psicológico actual muchas veces solo actúa cuando la persona ya está rota y ha cogido la baja laboral— están incorporando Emotinet como parte de su estrategia de prevención de riesgos psicosociales.

Sin embargo, su arquitectura ha sido diseñada también para aplicarse en contextos educativos, comunitarios, sanitarios y personales.

En el ámbito hospitalario, por ejemplo, Emotinet permite recoger datos emocionales de manera anónima y agregada, facilitando el diseño de protocolos de prevención más efectivos, la detección temprana del malestar emocional y el seguimiento del estado anímico de pacientes, familiares y personal sanitario.

Además, ayuda a prevenir comorbilidades y a ofrecer una atención emocional personalizada, ayudando tanto a pacientes como a sus familias a afrontar el impacto emocional de un diagnóstico complejo —como puede ser el cáncer de mama— con acompañamiento y recursos adaptados a su situación.

Funciona igual para una persona que atraviesa un duelo, una estudiante con ansiedad o un profesional quemado emocionalmente. Porque el bienestar emocional no es una cuestión de sector, sino de humanidad.

Lo que hacemos es adaptar la experiencia según el entorno: un hospital necesita datos poblacionales y alertas tempranas; una madre sola, contención emocional y recursos claros. Emotinet puede acompañar ambos escenarios, porque pone a la persona en el centro, no al entorno

En un mercado creciente de apps de bienestar emocional laboral, ¿cuáles son las características clave que diferencian a Emotinet de otras herramientas de prevención de riesgos psicosociales?

Nos diferencia que no somos un marketplace ni una app de autoayuda genérica. Somos una empresa sanitaria, donde el foco está en la prevención personalizada, centrada en transformar el procesamiento cognitivo de las personas para ayudarles a adquirir herramientas y técnicas que les permitan afrontar los distintos retos que la vida plantea y en los que, tarde o temprano, todas y todos nos vemos inmersos.

Llegar antes, hacer una sociedad más fuerte y resiliente. Ese es nuestro propósito.

Nuestro modelo de negocio también es distinto: nuestros clientes no invierten en nosotras para arreglar lo que ya está roto, sino para evitar que las personas se rompan emocionalmente. Es un cambio de paradigma en salud mental.

Detectamos 29 emociones, no 9. Ofrecemos intervención clínica automatizada, no solo contenido.

Y nuestra comunidad emocional no es un foro, sino un entorno seguro, anónimo y diseñado para cuidar sin invadir.

Además, integramos todo en EBI (Emotional Business Intelligence), que convierte las emociones colectivas en decisiones organizacionales basadas en evidencia. En un mercado en plena expansión —más de 1.000 startups activas en salud mental digital solo en Europa, según el HealthTech Map 2025— muchas soluciones están integrando inteligencia artificial. Pero integrar no es lo mismo que desarrollar. Y aquí está una de nuestras grandes diferencias: en Psiconnea no usamos IA genérica de terceros, desarrollamos nuestra propia IA emocional desde cero, entrenada con psicólogos clínicos, basada en ciencia y diseñada éticamente desde el primer día.

Eso nos permite ir mucho más allá de lo que hoy ofrecen la mayoría de apps. No somos un marketplace que crece cuando las personas están peor. No nos beneficiamos de que alguien necesite una intervención psicológica urgente. Nosotros nos adelantamos: detectamos el malestar antes de que sea patológico, y actuamos desde la prevención real.

Tampoco somos una app de autoayuda genérica. Emotinet no es solo una biblioteca de contenidos. Es un ecosistema clínico y emocional completo: detectamos 29 emociones con precisión clínica, personalizamos entrenamientos psicológicos basados en evidencia, ofrecemos una comunidad emocional segura y anónima, y si la persona lo necesita, la conectamos de inmediato con un profesional que encaje con su perfil emocional y situación personal.

Además, contamos con EBI —Emotional Business Intelligence—, que convierte las emociones colectivas en información estratégica para empresas, instituciones o entornos sanitarios. Es decir, no solo cuidamos personas, ayudamos a prevenir riesgos organizacionales y sociales con datos reales, anonimizados y éticamente gestionados.

En definitiva, nos diferencia que no improvisamos: integramos tecnología, ciencia y humanidad para transformar la salud emocional desde la raíz. Donde otros ofrecen acompañamiento reactivo, nosotros proponemos prevención inteligente, ética y profundamente humana.

¿Cómo mide Psiconnea el impacto emocional real de su app en las organizaciones que la implementan?

A través de EBI (Emotional Business Intelligence), nuestro panel de control emocional. Esta herramienta permite visualizar indicadores emocionales en tiempo real, segmentarlos por edad, género o equipo, y anticipar crisis antes de que se traduzcan en bajas, conflictos o desconexión. Gracias a EBI, las empresas, organismos e instituciones pueden actuar con datos reales, sin vulnerar la privacidad individual, y con un enfoque preventivo, ético y estratégico.

Pero más allá de los indicadores, lo que medimos es transformación y evolución: si las personas se sienten más acompañadas, si se reduce el malestar sostenido, si mejoran los niveles de motivación y compromiso. Y los resultados nos avalan: más del 80 % de quienes usan Emotinet reportan mejoras en ansiedad, estrés y estado de ánimo.

¿Qué papel juega la psicología basada en la evidencia en su plataforma? ¿En qué estudios o marcos teóricos se basa la arquitectura terapéutica de Psiconnea?

Es nuestra base. No construimos sobre modas ni intuiciones, sino sobre ciencia. Cada entrenamiento, cada recomendación, cada algoritmo está fundamentado en modelos validados científicamente como la Terapia Cognitivo-Conductual, la Psicología Positiva, la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), etc. así como terapias de tercera generación.

Además, todos los contenidos son creados y supervisados por psicólogos, y adaptados a través de IA para ajustarse a las necesidades específicas de cada persona. La psicología no es un accesorio en Psiconnea: es el marco ético, clínico y técnico desde el que diseñamos todo.

Han afirmado que Psiconnea ha pasado por un proceso de validación científica. ¿Podría detallar cómo se llevó a cabo, con qué instituciones colaboraron y qué resultados destacaría?

Así es. En Psiconnea creemos que la salud emocional merece la misma rigurosidad que cualquier otro ámbito sanitario. Por eso, desde el inicio, quisimos que nuestra metodología no solo fuera innovadora, sino también científicamente validada.

Nuestra app Emotinet ha demostrado, en un estudio internacional, que puede reducir en más de un 80 % los niveles de estrés, ansiedad, depresión y miedo en quienes la utilizan. Y eso no lo decimos sólo nosotras: lo dice la ciencia.

El estudio fue publicado en la revista RECIMA21 (Vol. 5, Nº 2, 2024) y llevó por título: Efectividad, eficacia y eficiencia de la plataforma de autogestión del conocimiento para el apoyo psicológico – Psiconnea. Puedes consultarlo aquí.

Detrás de esta validación hay un equipo brillante de investigadores:

  • Dr. Charles Ysaacc da Silva Rodrigues, profesor en la Universidad de Guanajuato y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (CONACYT, Nivel 1). Doctor en Psicología y post doctor en Filosofía Antropológica, ha sido investigador invitado en Portugal y colabora con centros académicos en España, Cuba y México.
  • Dra. Paula Alexandra Carvalho de Figueiredo, experta en relaciones interculturales, profesora universitaria e investigadora en salud y prevención de adicciones.
  • Dr. Alejandro Pérez Ortiz, doctor en Psicología por la UNAM e investigador en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.

Además, desarrollamos nuestra propia Inteligencia Artificial Ética junto a la Universidad Carlos III de Madrid, sin usar modelos genéricos. Diseñamos una IA emocional entrenada por psicólogas y psicólogos, pensada desde el primer día para cuidar sin invadir.

En resumen: no improvisamos. Combinamos ciencia, tecnología y empatía para ofrecer una solución real, validada y profundamente humana.

En el contexto de los retos éticos de la digitalización de la salud mental, ¿cómo maneja Psiconnea la privacidad emocional y el consentimiento informado de los usuarios?

En Psiconnea tratamos los datos emocionales con el mismo nivel de protección, rigor y respeto que tendría cualquier sistema sanitario. Nos regimos por los principios del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), el código deontológico de la psicología y la psiquiatría, y contamos con una figura independiente de Delegado/a de Protección de Datos (DPO) que supervisa todo el proceso.

Desde el primer momento, cada persona que accede a Emotinet conoce cómo se utilizarán sus datos y puede elegir de forma clara y transparente. Todo el proceso está pensado para proteger no solo su privacidad, sino su dignidad emocional.

Además, detrás de cada interacción no hay algoritmos genéricos, sino psicólogos y psicólogas que han entrenado nuestro sistema. Emotinet no improvisa: todo lo que ofrecemos está basado en ciencia y trabajado por profesionales de la salud mental.

 

Artículo extraído de Raiadiplomatica.com

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